Despierto algo confundido, otra vez esa sensación
de frío que carcome toda mi espina dorsal. Me miro las manos y
están sudosas, un sabor amargo me viene a la boca. Me visto, tomo un baño
rápido y bajo al garaje. Otra noche más en esta apestosa ciudad.
Gotas gruesas y pesadas de lluvia empiezan a golpear al
parabrisas, un relámpago pinta de blanco el cielo. Me muevo lento por las
calles en espera de algún pasajero. Me paro a pensar en una esquina. Fue apenas
hace tres meses que era contador en una oficina del centro...¿ cómo pude
echarlo todo a perder?
A unos veinte metros veo una silueta de mujer, distingo un
gesto con el dedo llamándome. Avanzo y nada, debí haberlo imaginado. Las
farolas de mi taxi me dejan ver algo fuera de lugar. Sombras que se mueven en
medio de oscuros callejones. Empiezo a tararear una canción para relajar el
ambiente. No fue nada. Después de todo, llovía intensamente.
Regreso a casa muerto de frío, me acuesto y enciendo
la TV. Afuera sigue lloviendo, cambio de canal sin ganas de ver nada
realmente. Un olor a podrido se empieza a extender por toda la casa. Abro las
persianas, lleva varios días así. La semana pasada me queje con el dueño del
piso y prometió ayudarme. Cuando venga a cobrar la renta se lo volveré a
decir.
La semana transcurre con normalidad en el trabajo, sin embargo,
esa sensación de frío en mi espalda no me ha dejado en paz. Despierto empapado
en sudor, mi aliento cada vez es peor y ahora ha empezado a dolerme el cuello.
No me ha dejado tranquilo en lo que va del día, creo que mañana iré al médico.
He ido a que me revisen pero al parecer me encuentro bien.
Aquella mañana ocurrió algo muy curioso en la enfermería, fui a pesarme y
resultó que mi peso se había duplicado. Me estuvieron pasando de balanza en
balanza con el mismo resultado, no pude evitar reír al final. Qué curioso que
todas las balanzas se hayan averiado a la vez.
La sensación de frío sigue en aumento, moriría
congelado sino fuera por la estufa. El hedor también se ha vuelto
insoportable. Hoy converse con uno de mis vecinos, me pregunto si yo practicaba
algún deporte o algo. Vive en el piso de abajo, es una mujer anciana, se
levanta en las madrugadas y dice que siempre escucha a alguien correr muy
fuerte arriba.
La señora me dejó muy sugestionado, ya no sé qué pensar.
Ayer le conté a un amigo que vive justo al frente de mi edificio. Lo que
me dijo solo empeoró las cosas. Su mujer sufre de insomnio y dice que cada
noche ve a una mujer asomarse desde mi ventana. Al principio pensó que era cosa
de ella presa de los fármacos que ingería. El problema empezó cuando él empezó
a verla también.
Me contó que la primera vez que la vio le recordó
a una ex novia mía, pero pronto se dio cuenta de que no se parecía a
nadie quien conocía. Lo curioso es que dice que solo la ven asomarse cuando yo
estoy en el apartamento. Solo cuando yo estoy allí. Esto último me dejo muy
intrigado.
Acabo de llegar a casa con unas fotos, las tomé con mi
polaroid el día que llegué por primera vez a este lugar. Hay fotos de
todo el edificio, también de mi apartamento, también de mí, aunque
desearía nunca habérmelas tomado.
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