En la noche uno suele ponerse sincero (más de lo que debería), y aquí estoy contando en silencio los miles de sueños que por tu culpa tengo.
Como primer arrebato, quisiera robarte un beso, de esos que dejan sin aliento. Después pedirte como una persona sensata que disculpes mi atrevimiento, paso seguido, te robaría los labios de nuevo.
Pero poniéndome serio, me gustaría besarte hasta olvidarme de respirar, aferrarme a tu cuerpo y solo dejarme llevar. También quisiera detenerme a escuchar los latidos de tu corazón, embriagarme en tu dulce aroma hasta perder la razón.
Quisiera que tomes mis manos sin pena, porque contigo estoy dispuesto a lo que sea. Volar juntos, a la Luna, o a cualquier lugar de la Tierra. Y que me ayudes a sobrevivir con una sonrisa, no pido más la verdad, y que mis sueños no acaben nunca.
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