Darla nunca había recitado tantas maldiciones en tan poco tiempo, pero ahí estaba, encima de Keir, aplastándole la garganta con una rodilla, esperando que sus malditos bolsillos le devolvieran el preciado regalo de Eadaldan.
— ¡Carajo! ¿Dónde está?
— No respiro, te juro que…
No lo dejo terminar, el siguiente golpe no fue a su amoratado rostro, sino a sus partes mas blandas. Casi celebró su expresión de dolor, no le alcanzó esta vez, le rugió a la cara nuevamente hasta que finalmente Keir sacó de su mecánico brazo una tarjeta.
— No puedo creer que hayas puesto en garantía mi ASDA—suspiró resignada.
— Pero gané, y… te iba a dar una parte, ehh… quizás un 20%. No un 40%, sí—sonrió, nervioso.
La cara de Darla no le gustó, en realidad, no le gustaba nada de ella. Después de todo, era su fantasma. El último, le había dicho cuando lo escogió, ojalá nunca hubiera aceptado. Ya era demasiado tarde, pensó. Tenía un carácter de mierda. El ceño de Darla se acentuó mas, y al instante supo que hubiera sido mejor que cerrara la boca.
— ¿Cuánto? —preguntó, Darla.
— Ah… mmm… fue… cinco mil.
— ¡Vale sesenta veces más, grandísimo estúpido! Iremos a recógela ahora mismo, y más te vale que no tarden en devolvérmela, o te juro que te arrancaré la cabeza.
No encontraron ningún pase libre para atravesar el rio Arakawa. Decidieron volar, entonces. El pasaje costó un ojo de la cara, y por la reacción de Darla, Keir dedujo que al final del día se quedaría con toda su apuesta. Su suerte estaba echada. Esperaba al menos conseguir un par de llaves y varios puntos de bonificación, la próxima partida seria dentro de dos días.
La nave no tardó en llenarse, en breves minutos no quedaba espacio ni siquiera para un xenbot, y a pesar del volumen, Darla reconoció al instante a Seth a pesar de la máscara. Al principio nadie le reconoció, pero basto mostrar el circulo en su pecho para que la gente empezara a volverse loca a su alrededor.
— ¿Dónde he visto a ese tipo? —preguntó, Keir.
— No te me acerques. ¡Apestas! ¿Cómo un fantasma puede apestar? —reclamó, Darla
— Ehh… creo que es mi cabello, la última vez que lo lavé… fue hace dos… ¿tres meses? —contestó.
—¿De verdad me estas preguntando a mí?
Cuando por fin salieron del transporte cometa, Keir sintió la mirada de ese fantasma llamado Seth. Darla tenía razón, podía palparse su hambre. Estaba convencido que, si se acercaba un poco más, todo terminaría en una masacre. Aunque la pelirroja no parecía muy convencida, solo sonreía divertida firmando varios de sus hologramas. Cuando cruzaron miradas con Darla, le guiñó un ojo, no podía sentirse más humillada, y Keir lo sabía. Así que no dijo nada hasta que por fin tuvo en sus manos su ASDA.
— Lo siento —pronunció, Keir.
— No volverás a hacerlo— sentenció. Darla había desinflado sus hombros, y ahora comprobaba si el regalo de Eadaldan estaba corrupto.
— Les dije claramente que, si le hacían algo, me encargaría de hacérselos pagar personalmente. Así que no…
— ¿Por qué no lees tus malditos mensajes?
Caminaron en silencio por horas, atravesaron el rio esta vez, unos centavos comparado con el dineral que les había costado el pasaje de ida. Además, las serpientes mecánicas habían terminado a Darla por sacarle una sonrisa, así que Keir pensó que en lo quedara del día no diría una sola silaba. La había cagado tanto ese día, abrió su AXIS, para leer el mensaje una vez más.
˃˃ “EADALDAN RECLAMA LO QUE LE PERTENECE. TODOS TUS SUEÑOS Y ESPERANZAS DESCANSAN EN TU PALMA, JUEGA Y VIVE, Y SI MUERES, PELEA COMO FANTASMA”
Se había acabado el tiempo, y Keir no recordaba hace cuanto no habían conversado con Darla sobre eso. Tenía miedo, pero ella más, y no había dudado un segundo en confirmar su participación en el juego. Era el último para ella, como humana, es decir; en cambio para él, iba a ser el primero de una larga y jodida carrera hasta que no quedara más que chatarra.
Era un trato justo, hace tiempo, en otra vida, le había salvado muchas veces después de todo. Aunque claro, al final no puedes escapar de ti mismo. Era un trato justo, se había repetido, cuando le extendió la mano aquella noche húmeda y fría. Ya no volverían a estar juntos como antes, pero al menos, si lograba ayudarla, quizás, en algún momento, le invitaría a compartir un pedacito de sueño.
Era un trato justo, y pelearía a su lado en ese juego del infierno.
˃˃ VECTOR: DARLA WYSE
˃˃ PHANTOM: KEIR BYRN
˃˃ ¿Puede confirmar los datos?
— Estoy seguro que lo encontraremos— declaró, Keir.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro?
— Porque esta vez lo buscaremos juntos.
Darla no dijo nada más, Keir había confirmado los datos. Ya estaba todo esta listo. Mañana partirían en la Nartania hacia Solaris II. Era el evento televiso del año, había leído que la señal iba a llegar hasta el mismísimo cinturón de Hella.
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