Aquella tarde me dolía la cabeza. El sol seguía alto y la luz era fuerte, lanzaban sombras muy nítidas sobre la hierba. Distante del momento de empezar el día y de la presión para finalizarlo, anduve a lo largo de la sala de lectura hasta el expendedor más cercano. Fueron seis o siete pequeños vasos de papel de agua muy fría que bebí casi con desesperación, entonces te presentaste, y me mostraste todas las hojas de papel que había dejado tiradas por el camino.
En ningún momento quise ser grosero, había sido un mal día, lo recuerdo. No había pasado una noche tan interrumpida como la que tuve antes de conocerte, así que me sentía fatal. Veras, solía encontrarme ahí mismo con becarios como yo, que tenían ya todo su maldito trabajo listo y eso hacia enfurecerme. A veces iba a tomar un café, o a veces compraba comida, y después, en casa, trataba de relajarme cocinando escuchando a Cold Play.
Una o dos veces al día me pregunto qué hubiera pasado si no te hubiera dicho eso. Probablemente no habría comprado esta tarde toda esta cantidad de chocolate para esperarte a ver una comedia romántica de Hollywood (que, por cierto, estoy seguro que cualquier persona del mundo prefería gastar ese tiempo en ver el salvapantallas de su ordenador). Probablemente no habría descubierto en este tiempo que soy un buen cocinero, y que la carrera de gastronomía me iba mucho mejor que la de medicina.
Espero ahora sepas que mis platos están creados enteramente por devoción a tu placer, y que estoy intentando con todas mis fuerzas guardar ese plato especial para cuando lo necesites realmente. Así que a pesar de todos los trabajos a medio tiempo que tenemos, estoy feliz de compartir este cansancio contigo. Una vez me dijiste que, si el cansancio se volvía desconcertante, podía bajar hasta el río, mojarme la cara y sentarme en la orilla con los pies en el agua.
Ayer lo necesité. No tardan en arrugarse, pero ayuda un montón. Sé que a veces no sopla el viento, y aunque el sol calienta mucho nuestras espaldas quiero que sepas que vamos a ahogar todos esos problemas juntos. De algún modo u otro, vamos a buscar la forma de ser plenamente felices.
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