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UN LARGO SUSPIRO

Leer tus mensajes me proporciona calidez, pero a veces me gustaría que fueras capaz de ser más abierto cuando me escribes. Siento que tus palabras no tienen calor, y tengo que recordar continuamente la manera en que me miraste esa noche que traía ese vestido azul. El tiempo ha pasado desde entonces, y es como mirar los comentarios de una serie que ya terminó, es difícil convencerme de que el siguiente capítulo será bueno.

Me siento muy alejada de ti. Tus mensajes de correo electrónico sirven bastante para saber que estas vivo pero el amor no es un bien virtual. Te echo de menos. Te necesito. Te quiero. Y te contesto explicándote cuanto me estoy divirtiendo porque sigo temiendo que si supieras la verdad saldrías corriendo para seguir con una vida de necesidad que solo nos orillaría al dolor, y no quiero eso.

A menudo pienso en como luciría si tuviera diez kilos menos. Podríamos tener sexo sin que yo intentara meter mi barriga para adentro todo el tiempo. Sí, ya sé que hay personas que tienen barrigas más grandes que la mía, pero lo pienso. Tengo mucho tiempo para pensar aquí. Y puedo comprender que encontrarías la compañía de una persona así bastante descansada.

Comprendo también la razón de tus cambios de humor, del por qué ya no sales con tus amigos. Los he estado leyendo a ellos también. Te estas aislando, no recibes a nadie en casa, te levantas corriendo hasta llegar al metro y después de una larga jornada llegas solo a dormir. Y, sin embargo, pocas veces me acuesto tranquila, te extraño desde que empieza hasta que termina el día.

No voy a ocultarlo, probablemente tengas todos los motivos del mundo para enfadarte cuando leas este texto. No voy a tirar al tacho de basura mis inseguridades, no soy ese tipo de persona, lo siento. Hace un momento me felicitaron por mi trabajo, incluso en los buenos momentos mis dedos estaban entumecidos y tartamudeaba en todo momento. Voy a dedicar este largo suspiro a ese tipo de personas que también se siente como yo a veces. Por favor, no me odies. Te quiero.

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