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Mostrando entradas de noviembre, 2016

UN MIRLO EN EL ESPACIO

Hace unos cientos de años las personas, o por lo menos las más optimistas,  pensaban que tendríamos todo resuelto en estos tiempos. Creían que venceríamos al cáncer y a la hambruna, tal vez a la muerte. Creían que habría personas en Marte, que conquistaríamos el espacio y que tendríamos de todo. En lugar de eso, hubo una tormenta solar y todas las luces de la Tierra se apagaron por un tiempo. Radiaciones electromagnéticas del sol bombardearon la tierra durante años. Los países comenzaron a derrumbarse como piezas de rompecabezas. Cosas horribles ocurrieron en la oscuridad. Mucha gente murió. En el mundo que tenemos ahora ningún sol brilla tus mañanas. Solo existe el abismo negro del espacio que te mira ansioso día tras día. Los pocos que quedan se aferran a la esperanza de encontrar un lugar en el cual ver un cielo azul una vez más. Dos o tres personas mueren por semana, todos reclaman comida y no hay suficiente de nada. No hay nadie a quien pedir ayuda. La comunicación por

OTRA NOCHE EN EL CALLEJÓN

Cruzo la avenida, doblo una esquina, aprieto el paso, siento una silueta moverse a mis espaldas. La ciudad, una masa de carne y concreto. Atrás queda todo el bullicio y me sumerjo en las profundidades del callejón. Un punto muerto en el centro de una metrópolis viviente. Un agujero negro de sombras que respiran. El lugar asusta bastante. Trato de moverme más rápido, el sitio apesta a alcohol y a orina. Ahí está otra vez, puedo escucharle acercarse en cada paso. Me viene siguiendo desde que baje del autobús. Volteé a mirar en una ocasión pero sin alcanzar a ver su figura. Sabe bien lo que hace. Mis tacones tropiezan con algo y logro distinguir una serie de jeringas repartidas aquí y allá. Drogadictos. Es aquí donde los malditos se aventuran y sucumben a sus más oscuros vicios. Un oasis para los desesperados. Se puede oler la depravación y siento como las paredes se retuercen en cada paso que doy. Uno, dos, tres. Los latidos de mi corazón elevándose. Hace apenas unos instantes q