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Mostrando entradas de marzo, 2022

ÁBARA/Cap V

Capítulo V Sibila El primer monstruo le miraba furioso y hambriento, la enfermedad ya estaba en su cenit, se notaba en sus ojos, su piel, en el ÁBARA a su alrededor, su cuerpo no resistiría más, estaba a punto de romperse. El otro, en cambio, era completamente distinto a todos los monstruos que había visto, estaba hueco, y eso en otro momento hubiera sido una señal para salir corriendo, pero no podía huir esta vez, tenía que ganar tiempo. Hizo el signo de Kann y llevó su alabarda a toda su longitud. El primer monstruo imitó el mismo signo, pero por supuesto, era imperfecto. Su técnica estaba tan rota como él. Redujo con habilidad el espacio entre ambos elevándose unos metros, y rasgó el aire con su seax. Una muñeca de sombra apareció a su espalda dispuesta a apuñalarla, pero falló. Su ÁBARA era mucho más fuerte, hizo el signo de Kann una vez más, y segó al ente con su propia muñeca de sombra. Los ojos del monstruo se hincharon bulbosos, deformes, y su mandíbula

EL GRITO/CAP IV

Capítulo IV Shattered Una lluvia apestosa había empezado a caer en una ciudad que ya olía como el infierno. Keyla se acostó en el asiento trasero, estaba cansada y muy molesta. — Ya ha pasado bastante ¿Qué crees que estarán haciendo? —preguntó, Frank. Hacia un par de horas que habían dejado esa habitación de hotel, ella le había dicho que no, pero él había respondido diciendo que tendría que asumir las consecuencias si ella no accedía. Y la verdad, había sido una mierda, su vida era una mierda, pero se estaba esforzando por remar todo lo posible para salir. Aunque todavía no estaba segura si su cuerpo y mente al final resistiría. — No lo sé. Quiero ir a casa. — Lo sé, cariño. Lo sé—contestó, arrullándola. Odiaba su voz. Su arrugada piel. Sus grasosos dedos. Al principio tuvo la impresión de que moriría entre sus piernas en una de esas noches, nunca pasó. En realidad, jamás intento tocarla, le prometió que nunca lo haría y ha cumplido su pro

ÁBARA/Cap IV

Capítulo IV Mike Terminó de vestirse, y le dijo que todo estaba bien. No era verdad, pero quiso creerle esta vez. Había estado a punto de mandar todo al diablo y llevarla a un hospital la pasada noche, pero la fiebre y los escalofríos habían cesado; sin embargos, esas pesadillas seguían ahí. Hana se había comportado de manera muy extraña desde ese día en la biblioteca. Se negaba a que la visitaran y no contestaba ningún mensaje, ni siquiera los de Becca. Y cuando fueron con Roland para proponer la salida, sus padres prácticamente tuvieron que obligarla a irse con ellos. Acfred le dijo que hacía casi una semana que no salía de su cuarto. Rut también estaba muy preocupada. — ¿Crees que saldrás de esta? —preguntó Roland, divertido.  — Viéndolos así, creo que preferiría estar muerta —dijo Hana, haciendo una mueca desagradable—Mike, ¿puedes creer que Becca me sigue ignorando?  — Deja a los tortolos tranquilos, ¿por qué no me acompañas a buscar leña?  — No, no. Vete c

EL GRITO/CAP III

Capítulo III White Rabbit Solo esperaba que fuera rápido, aunque muy en el fondo sabía que no sería así. No le arrancaría la cabeza limpiamente como lo hacían en las películas; impacto tras impacto, se enfrentaría a un dolor supremo mientras la hoja del hacha lo hiciera desangrarse por completo. En realidad, iba a ser muy doloroso, pero quería pensar lo primero. El golpe no llegó, ninguno en realidad. Cuando se volvió hacia él, se había detenido como una especie de mono con platillos al cual se le ha acabado la cuerda. La distancia que los separaba era ese último escalón. Había sentido ese tirón en su tobillo mucho antes, como en el tercer piso, pero al llegar al noveno se había caído de bruces para rematar, y no podía moverse. Entonces lo vio dar un paso atrás y empezar su descenso como si nada. Así, sin más, y aunque no lo creía en ese momento, sus pasos poco a poco se fueron apagando hasta desaparecer. El hombre del hacha le había perdonado la vida, o peor a

ÁBARA/Cap III

Capítulo III Magnus Magnus odiaba el invierno. Era en esa estación donde su asma empeoraba, su presión arterial se disparaba, y su peso se elevaba hasta casi redondear las dos centenas en la balanza. Y es que la cantidad de comida que ingería podía hasta triplicarse en esas fechas, y no es que no lo evitara, solo que… se negaba a trabajar a esas temperaturas tan bajas. Su único consuelo era su paquete de canales Premium y toda la comida que podía ordenar por teléfono. Y sin embargo, ahí estaba, conduciendo su destartalado Chevrolet a casi seis grados bajo cero. En la radio sonaba Queen, se relajó y casi se animó a tararear la melodía un poco cuando noto que la salsa de su tortilla había escurrido manchando su pantalón y camisa. El mundo era tan cruel con él porque estaba gordo, lo habían enviado aquí y allá, y las noticias no dejaban de ser peores que las anteriores. El mundo es cruel, le había dicho su madre. Cuánta razón tenía esa mujer. Antes de revisar e

EL GRITO/CAP II

Capítulo II Paranoid Tiffany despertó con el débil sonido de un sollozo en la distancia. Al principio, su cansada mente asoció el sonido con su hermano menor. Pero cuanto más tiempo permanecía ese sonido, mas empezaba a darse cuenta de lo raro que sonaba. Los sollozos se parecían a los de un hombre adulto, y venían de fuera de la casa. Después de buscar por un par de minutos su móvil a ciegas, recordó donde lo había tirado, tenía una decena de llamadas perdidas de números aleatorios sin ningún sentido. Se asustó cuando empezó a sonar, Becca había cambiado su ringtone otra vez. “Paranoid”, de Black Sabbath, era demasiado para su cabeza en esos momentos, así que colgó. Pronto su estómago empezó a revolverse, le había dicho a Becca que no quería ir a esa fiesta, pero como siempre, había insistido hasta el hartazgo arrastrándola con ella. Intentó encender las luces del baño, pero no respondieron, y mientras aliviaba sus tripas, observó confundida en su teléfono, como

ÁBARA/Cap II

Capítulo II Izel Todo había salido sencillamente mal. Los Reds habían perdido el juego, y Kristoff y Jake se llevarían la mitad de su paga. Había perdido su racha, era de esperar, que terco había sido, pero ya no había nada que pudiera hacer ahora. — ¿Vienes o qué? Podría apostar en el juego del sábado, no iba a ser mucha pasta, pero recuperaría un poco de confianza. Luego estaría listo para el miércoles, morderían el polvo esos dos. — Ayúdame con la puerta, está atascada. ¿Y si perdía otra vez? Era el nuevo después de todo, una palmadita en la espalda, un par de tazas de café y le dirían algo así como: oye, era una broma, somos amigos, ¿verdad? Si claro, Jennifer sería la primera en partirse el culo, además del comisario. — Uf, casi apesta peor que la casa de Jake. Los Búfalos eran rudos, y habían cambiado de entrenador. Su juego comenzaba a ser sólido, pero habían acumulado un montón de bajas según tenía entendido. — Comisario,

EL GRITO/CAP I

Capítulo I Boys Don't Cry “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia,   y el reino de la bestia quedó sumido en la oscuridad.”  Apocalipsis 16: 10 Era la decimoquinta llamada de la noche, el viejo tenía carácter, había que reconocerlo. Pero no iba a contestar. Que se joda, había dicho para sí, hace unas horas, y así iba a seguir siendo hasta el amanecer. Dan se detuvo en el espejo unos momentos, con cada día que pasaba se parecía cada vez más a él. Ni siquiera había heredado los ojos de su madre, cada maldito rasgo le hacía recordar a ese hombre, y empeoraba, era inevitable y desquiciante. Odiaba no poder escapar. Se detuvo un par de minutos más, abrió el grifo y se enjuagó el rostro. Ya empezaba a notar los cambios, el suelo brillaba, ella brillaba, y por fin pudo reconocerse en su reflejo como ese ser mágico que tanto anhelaba. Vio a Nadia aspirar más cocaína, empezó a bailar dándole la espalda y en un final intercambio de miradas habían