Capítulo V Sibila El primer monstruo le miraba furioso y hambriento, la enfermedad ya estaba en su cenit, se notaba en sus ojos, su piel, en el ÁBARA a su alrededor, su cuerpo no resistiría más, estaba a punto de romperse. El otro, en cambio, era completamente distinto a todos los monstruos que había visto, estaba hueco, y eso en otro momento hubiera sido una señal para salir corriendo, pero no podía huir esta vez, tenía que ganar tiempo. Hizo el signo de Kann y llevó su alabarda a toda su longitud. El primer monstruo imitó el mismo signo, pero por supuesto, era imperfecto. Su técnica estaba tan rota como él. Redujo con habilidad el espacio entre ambos elevándose unos metros, y rasgó el aire con su seax. Una muñeca de sombra apareció a su espalda dispuesta a apuñalarla, pero falló. Su ÁBARA era mucho más fuerte, hizo el signo de Kann una vez más, y segó al ente con su propia muñeca de sombra. Los ojos del monstruo se hincharon bulbosos, deformes, y su mandíbula