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MIMESIS

Tienes que alimentarte mucho por una condición que adquiriste cuando eras niño. Es un fastidio, claro que sí, sobre todo cuando te quedas sin comida a mitad de la noche. Sin embargo, es poca distancia la que hay que caminar. Cruzas la avenida principal, un par de calles y a tu izquierda. Es rápido, para tu buena suerte, solo un poco molesto.

Estas seguro que pronto tendrás dinero suficiente para evitarte este problema. El canal ha subido en visualizaciones las últimas semanas, solo debes mantener el ritmo. Sería más fácil si tus vecinos no hicieran tanto ruido de noche, es tu horario de trabajo, y maldita sea, nunca parecen estar quietos hasta bien entrada la madrugada.

Deberías quejarte con el propietario, eres respetuoso con todos los vecinos, y estas al día con la renta. No puedes seguir así, piensas. Lo tienes que solucionar. Recuerdas algo, y ahora lo único que te preocupa es si tenías suficiente espacio para ese videojuego que dejaste descargando. Caminas aprisa, esperemos que sí.

Un tipo que venía corriendo impacta contigo de repente. Ni siquiera se disculpa, cuando estas a punto de hablarle, escapa de ti muy asustado. Solo un drogadicto, casi sientes lástima, y lo curioso es lo que sucede después. Avanzas un par de metros y una mujer tropieza contigo de la misma forma. Te ruega por ayuda, esta histérica.

De pronto notas que algo se aproxima más adelante. La mujer chilla a tu espalda, está en shock, parece completamente desesperada, y te pide que llames a la policía. No entiendes nada. ¿Está enferma? ¿También drogada? Alcanzas a ver algo moviéndose, es muy extraño, cuando la luz de la calle le cae directo, eres tú el que ahora no puede moverse.

Algo está mal con él, su forma de caminar, su cuerpo, no parece estar todo en su lugar… y se mueve de una forma completamente anormal. Cuando te das cuenta la chica ya se ha separado de ti bastantes metros, no para de gritar por ayuda. ¿Qué ocurre? Tanto escándalo, solo se debe tratarse de un pobre tipo con alguna discapacidad.

Decidas dar el primer paso, no estás dispuesto a dejarte llevar por la inmadurez de esas personas. Primero le pedirás disculpas por el numerito, bastante debe tener con lo que sea que este padeciendo. Pasaste por algo similar en tu infancia, sabes cómo se siente. Tal vez si intercambian historias, pueda que esta noche ganes un buen amigo.

El pobre hombre tiene ambas manos levantadas. Debe sentirse avergonzado, vas a hablarle y decirle que todo esta bien. A escasos seis metros te detienes con fuerza, esa sensación de nuevo, no puedes evitarlo, hay algo muy mal con él. Muchas cosas no encajan, y te detienes a pensar detalladamente en lo que estás viendo.

No alcanzar a ver ni una sola costura en su ropa, la tela se mezcla con su piel, pareciera que crece de ella, y cuando se mueve, no se arruga ni abulta, es como si fuera parte de él. Ahora, al avanzar un par de pasos más, puedes ver su expresión de angustia, su rostro te recuerda a la máscara de la tragedia, las comisuras en sus labios están demasiado torcidas hacia abajo, tiene el cuello muy estirado y su cabeza cuelga de este al revés, como si fuera una fruta colgando de una rama.

Es en ese momento en que se rompe tu parálisis, no puede ser. De pronto estas corriendo en dirección a tu casa con todas tus fuerzas. En un último vistazo te das cuenta que ya casi te alcanza, es demasiado rápido, anormalmente rápido. No te detienes ni un solo instante hasta que te azotas tu puerta detrás de ti. ¿Qué ha sido todo eso?

Estas a salvo, te cercioras de poner todos los seguros que tienes, y te encierras en tu habitación. Respiras un poco, lentamente te calmas. De pronto sientes un pequeño golpe en tu ventana, tu grito desgarrador se escucha por todo el vecindario, olvidaste esa última cerrarla.

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